De todas las alegrías, le gustaba el sexo al máximo. Tal vez porque ella realmente podría disfrutar de ella. Ella lo sintió en cada pequeña parte de su cuerpo y cuando él se deslizó en su profundidad húmeda ardiente, que al instante comenzó a temblar, sintiendo el placer en estado puro. El sexo era su amor, y su amor sexuado ella todos los días.